Algo profundo está ocurriendo con la ciencia. Más allá de la anécdota o del recorte presupuestario, se está gestando una transformación civilizatoria de alto riesgo: el conocimiento científico, históricamente cultivado como un bien público y una herramienta colectiva para comprender y mejorar el mundo, queda desplazado por lógicas de poder autoritario y mercantilización radical.
La reciente ola de despidos masivos en agencias científicas en Estados Unidos, sumada a la denuncia de miles de científicos sobre la destrucción del sistema de investigación bajo el actual gobierno, es apenas un síntoma visible de un proceso más amplio. Lo preocupante no es solo la eliminación de puestos o el cierre de programas estratégicos, sino el debilitamiento intencional del sistema que sustenta la verdad científica: autonomía institucional, financiamiento público estable, pluralismo epistemológico, y un pacto social que valore el conocimiento como base de la democracia.
Sigue leyendo en cooperativa.cl